Tal vez
recuerde el que lea ésto, aquél tema de Serrat en el que describe- cantando- las
vicisitudes de un personaje rompiendo la vidriera de una tienda y robándose (
secuestrando, mejor ) a la mujer de sus sueños.
Aquél maniquí que le obsesionaba
a tal punto de perder aún más el sentido de la realidad, y llegar a cometer un
acto casi vandálico, en aras de saciar su irrefrenable ansiedad de
compañía.
La soledad no
es la nada, la soledad lo es todo. Un universo unipersonal, una burbuja de
emociones y sentimientos no confesados,
no compartidos, de compleja
conformación, y la más de las veces de ignorado origen.
Pero se
descubre, sí, la imperiosa necesidad de encontrar la compañía ideal en el objeto
inanimado. Aquél en el que se ponen –sin
objeciones de nada, ni de nadie- en descubierto, todos los deseos y
frustraciones, en un diálogo-monólogo, revelador de todas y cada una de las
desventuras que le ha generado la vida que le ha tocado vivir.
El recurso
último de animar lo inanimable, habla de la desesperación, o al menos de una
búsqueda de la felicidad compartida, que no supo hallar por otros medios.
Se infla la
muñeca, se adora el maniquí, se empapela el cuarto con fotos de la sexy-girl del
momento, todas alternativas válidas para seguir en soledad compartida. La única forma en que pueden sustituír su
falencia en sociedad.
Otro músico,
pero esta vez rioplatense, escribió una canción en la que decía que “lo más
difícil en la vida es convivir”, y estas personas son la expresión máxima de esa
premisa. Les es tan difícil, que no lo pueden hacer con otro ser humano. Y a los
que nos consideramos “normalitos”, no nos es fácil tampoco. Hay que manejar
códigos y modos de conducta y de relacionamiento difíciles , intrincados,
sutiles, que requieren de tiempo y de paciencia para el prueba y error. Y se
pagan precios. Tal vez las personas objeto de estas reflexiones, no están
dispuestas al pago. Pero la vida, igual les pasa la factura desde otro
lado.
¡El ser
humano es maravilloso! El tipo sortea la dificultad, salta la valla, y descubre
en el camino la solución perfecta. Encontró el paradigma de la compañera
ideal. Le hace responder a todas sus
preguntas , poniéndole en su boca todas sus respuestas. Las que está dispuesto a
dar por certeras y por válidas. No sólo satisface su apetito sexual, eso sería
minimizar el truco. Lo mágico es que consolida en el hule vacío y pintado, en la
foto, o en el cartón-piedra, lo que le gustaría –y no puede- recibir de
cualquier otro ser humano. Alguien que siente y piensa como él. Su otro yo, que
también ama. Perfecto.
Por otra
parte, yo no sé porqué, siempre que se ha tocado el tema, lo refieren a personas
del sexo masculino. ¿Y con las mujeres
qué pasa? ¿Qué inflan, qué roban, qué
adoran? Mientras lo averiguo y lo pienso, recurro al sistema de Slictick y
escribo continuará. Igual, se agradecen aportes. Bernie
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Un espacio donde compartir ideas, reflexiones, opiniones, en fin ... palabras ...
Pablo Neruda: La palabra
"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA
19 jul 2014
COMPARTIENDO SOLEDADES
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