Pablo Neruda: La palabra

"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA

19 jul 2014

COMPARTIENDO SOLEDADES

Tal vez recuerde el que lea ésto, aquél tema de Serrat en el que describe- cantando- las vicisitudes de un personaje rompiendo la vidriera de una tienda y robándose ( secuestrando, mejor ) a la mujer de sus sueños.  Aquél maniquí  que le obsesionaba a tal punto de perder aún más el sentido de la realidad, y llegar a cometer un acto casi vandálico, en aras de saciar su irrefrenable ansiedad de compañía.
La soledad no es la nada, la soledad lo es todo. Un universo unipersonal, una burbuja de emociones y sentimientos  no confesados, no compartidos, de compleja  conformación, y la más de las veces de ignorado origen.
Pero se descubre, sí, la imperiosa necesidad de encontrar la compañía ideal en el objeto inanimado.  Aquél en el que se ponen –sin objeciones de nada, ni de nadie- en descubierto, todos los deseos y frustraciones, en un diálogo-monólogo, revelador de todas y cada una de las desventuras que le ha generado la vida que le ha tocado vivir.
El recurso último de animar lo inanimable, habla de la desesperación, o al menos de una búsqueda de la felicidad compartida, que no supo hallar por otros medios.
Se infla la muñeca, se adora el maniquí, se empapela el cuarto con fotos de la sexy-girl del momento, todas alternativas válidas para seguir en soledad compartida.  La única forma en que pueden sustituír su falencia en sociedad.
Otro músico, pero esta vez rioplatense, escribió una canción en la que decía que “lo más difícil en la vida es convivir”, y estas personas son la expresión máxima de esa premisa. Les es tan difícil, que no lo pueden hacer con otro ser humano. Y a los que nos consideramos “normalitos”, no nos es fácil tampoco. Hay que manejar códigos y modos de conducta y de relacionamiento difíciles , intrincados, sutiles, que requieren de tiempo y de paciencia para el prueba y error. Y se pagan precios. Tal vez las personas objeto de estas reflexiones, no están dispuestas al pago. Pero la vida, igual les pasa la factura desde otro lado.
¡El ser humano es maravilloso! El tipo sortea la dificultad, salta la valla, y descubre en el camino la solución perfecta. Encontró el paradigma de la compañera ideal.  Le hace responder a todas sus preguntas , poniéndole en su boca todas sus respuestas. Las que está dispuesto a dar por certeras y por válidas. No sólo satisface su apetito sexual, eso sería minimizar el truco. Lo mágico es que consolida en el hule vacío y pintado, en la foto, o en el cartón-piedra, lo que le gustaría –y no puede- recibir de cualquier otro ser humano. Alguien que siente y piensa como él. Su otro yo, que también ama. Perfecto.
Por otra parte, yo no sé porqué, siempre que se ha tocado el tema, lo refieren a personas del sexo masculino.   ¿Y con las mujeres qué pasa?  ¿Qué inflan, qué roban, qué adoran? Mientras lo averiguo y lo pienso, recurro al sistema de Slictick y escribo continuará. Igual, se agradecen aportes.  Bernie 

No hay comentarios: