Pablo Neruda: La palabra

"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA

9 abr 2014

MI PERRO, UN DESAFIANTE NETO FOTO-TEXTO

LA FOTO ES DE PIWY, DE SONYMAGE Y FUE DESTACADA "SYM" DEL MES. SU TÍTULO ES "UN DESAFIANTE RETO".

El texto: MI PERRO, UN DESAFIANTE NETO

En casa sólo teníamos a la negra, una perra policía cruza, marrón y negra, recogida de la calle, como casi todos los perros que moraban con nosotros.
Estoy hablando de una parte de nuestra vida en Punta del Este. En Montevideo tuvimos siempre perros levantados de cualquier lado, sanos, enfermos o heridos. Zaira, compulsiva crónica en lo que tiene que ver con animales necesitados de cuidados y cariños, siempre se encargaba de llevar a casa alguno con esas características. Cuando nos mudamos a Punta, comenzó, como no podía ser de otra manera, otro periplo perruno y adoptamos varios, en distintos períodos de nuestra vida.
Recuerdo que al volver de hacer el Camino de Santiago, nos mudamos a Buenos Aires como por tres años y allí encontró un programa de televisión que consistía en mostrar mascotas perdidas y hacer los contactos pertinentes para lograr la difusión, y que el eventual dueño supiese de su animal extraviado. 
Mi esposa no dejaba de verlo y de emocionarse con la situación, y de enternecerse cuando se reencontraban los dueños con sus mascotas perdidas. Esto lo cuento para pintarles un poco el perfil de mi consorte en cuanto a esto se refiere.
Volviendo a lo que les decía, sólo la negra estaba con nosotros, hasta que apareció en el barrio una sarta de perros ante el llamado de la naturaleza que emanaba mi perra en celo.
Entre ellos-casi todos vagabundos-, había un perro de alzada mediana, la mitad de físico que la negra, pero bastante pertinaz y pendenciero. Sólo de mirarle las cuantiosas cicatrices que presentaba en el hocico y en una oreja, estaba todo dicho acerca de la personalidad de aquél perro.
Inútiles fueron esa vez los intentos de mantener a la negra a resguardo de la horda amatoria y finalmente, en un descuido, se escapó directo a buscar compañero con quién preñarse.
No tienen que gozar de mucha imaginación para saber quién tuvo esa suerte: el pequeño pendenciero resultó ser el amante perfecto y fue el elegido. Cuando nos percatamos de la furtiva huída, “el pescado estaba todo vendido” y tanto la negra como el desconocido estaban “abotonados” y tenían esa expresión que caracteriza a esos animales en dicha situación: cara de bobo, ponen, si esa expresión es válida para esa clase de participantes.
¿Qué (me) pudo decir mi señora frente a tal panorama? Si va a tener cachorros con ese perro, que se quede a vivir con nosotros. Y así fue, por supuesto.
Era un animal muy particular. Lo primero a destacar es que si bien se avino a la nueva morada, gustaba de salir solo, y volver cuando se le daban las ganas.
Por cuentos de vecinos supimos que una de sus salidas era (pueden dudarlo si prefieren) llegarse hasta la escuela del barrio a la hora del recreo, y los chicos le daban bizcochos o tal vez alguna golosina. No se sabe cómo, pero él manejaba los distintos horarios a la perfección y de acuerdo a su voluntad. Casi todos los días se iba hasta la terminal de autobuses y allí esperaba a las mucamas que trabajaban en el edificio de departamentos (donde vivimos algunos años) y las acompañaba en ese trayecto hasta el lugar de trabajo. Hablamos de siete u ocho cuadras desde casa a la terminal. Esto se repetía todos los días. De no creer.
Tengo, es preciso, que humanizar de algún modo este relato, para que se comprenda bien. Cada vez que este fulano desaparecía por horas o por días -lo que sucedía con alguna frecuencia- es de destacar la actitud de la negra cuando él regresaba. Le aceptaba de buen grado su ausencia, y se lo demostraba lamiéndolo todo como diciéndole que ella no era perra de hacer reproches o escenas de celos. Me río mientras lo escribo, pero eso era lo que uno traducía al idioma de los humanos. Hasta creo que alguna vez le dije a Zaira que de la negra tenía mucho que aprender.Jajaja.
Otra característica llamativa de este can, era su audacia increíble a la hora de enfrentar algún contrincante. Casa por medio de la nuestra, vivía una familia que tenía un perro llamado “ajedrez”, que era el enemigo número uno del nuestro, y siempre llevaba las de ganar. No sólo era más grande, sino que además no se podían ni ver los dos perros.
Pues nada acobardaba al pequeño pendenciero. Cuando el otro aparecía en escena, éste bajaba el talud con pasto de mi casa dando ayes y a la vez ladrando (era llamativo ver tal conducta), sabiendo que se iba a ligar la tal paliza de parte de ajedrez. Igual iba.
Y otra vez la negra a lamerlo y cuidarlo. Un verdadero matrimonio.
Y ahora la frutilla del postre, la que me hizo recordar todo esta historia y ponerme a escribir: el tal desafiante neto aceptaba cualquier reto, y le llamábamos Piwi. Ésto es también de no creer. Por eso la foto me trajo estos recuerdos. 
Que el que tomó y tituló la foto elegida se llame Piwy ( o se apode, no lo sé ), es sólo una coincidencia. Y que la expresión del señor de la foto sea la misma que hubiese puesto mi perro es otra. Esa foto está muy buena, y por eso está justificadamente galardonada. 
Es la segunda vez que escucho o veo escrito ese nombre ( el nuestro era con i latina,creo), ni recuerdo porqué se lo pusimos al perro. En cambio mi apodo sí está ligado a la posibilidad de que lo comparta con algún pichicho: Dovi me llamaron siempre en mi casa, y cariñosamente usaron además el diminutivo Dovito, para no ser menos. Viene del hebreo –Dov- y quiere decir oso. De modo que de algún animal no me salvaba. Para colmo de males, he nacido el veintinueve de abril, día del animal. La hice completa, no faltó nada. 
Me gustó recordarlo; me gustó escribirlo. Hoy los dos –la negra y el piwi- están enterrados en el jardín del fondo de nuestra casa.
Bernie5422

5 abr 2014

EL LIBRO DE BABEL

EL LIBRO DE BABEL

EL ORIGEN DEL LIBRO
Índice ( ¡¡¡palabra clave en éste caso!!!)

·         1 Orígenes y antigüedad
·         2 Edad Media
·         3 Época Moderna
·         4 Época contemporánea
·         5 Véase también
·         6 Referencias
Orígenes y antigüedad[editar]
Primeros soportes[editar]
La piedra fue el soporte más antiguo de escritura que ha llegado hasta nuestros días; pero la madera sería realmente el verdadero soporte del libro. Las palabras biblos y libertienen, como primera definición, corteza interior de un árbol. En chino el ideograma del libro son las imágenes en tablas de bambú.
Después se encontraron unas tablillas de arcilla utilizadas en Mesopotamia en el iii milenio a. C. El stilus2 , un instrumento en forma de triángulo, servía para imprimir los caracteres en la arcilla antes de ser cocida. Fue la escritura utilizada por los asirios y por los sumerios, una escritura en forma de cuña, de ahí su nombre: escritura cuneiforme. Las tablillas se cocían después para que quedaran solidificadas.
En Nínive fueron encontradas 22.000 tablillas del siglo vii a. C., era la biblioteca de los reyes de Asiria que disponían de talleres de copistas y lugares idóneos para su conservación. Esto supone que había una organización en torno al libro, un estudio sobre su conservación, clasificación, etc.
En China, en el segundo milenio a. C., los libros se hacían con láminas de bambú unidas con cuerdas,3 pero posteriormente, la seda fue también utilizada como soporte de la escritura. Se escribía con la ayuda de pinceles. Diferentes soportes fueron utilizados a lo largo de los años: hueso, bronce, cerámica, escamas etc. En la India, por ejemplo, se utilizaban hojas de palma seca. Todos los materiales que permiten conservar y transmitir un texto son, por tanto, adecuados para llegar a convertirse en un libro. En este caso, el cuerpo humano podría considerarse, también, como un libro, por medio del tatuaje. Si se admite que la memoria humana se desarrolla o se transforma con la aparición de la escritura, no es absurdo pensar que esta facultad convierte al hombre en un libro viviente (esta idea fue desarrollada por Ray Bradbury en su novela El hombre ilustrado, y Peter Greenaway en su obra The Pillow Book).
El papiro[editar]
Artículo principal: Papiro
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Papiro egipcio.
En el Antiguo Egipto, las tablillas de madera o marfil del iv milenio a. C., fueron reemplazadas por los volumina (plural de volumen),rollos de papiro, escritos con tinta, más ligeros y más fáciles de transportar. El más antiguo soporte de papiro que ha llegado a nuestros días, aunque no tiene nada escrito, se descubrió en la tumba de Hemaka, de la Primera Dinastía de Egipto, de alrededor del3035 a. C.3
Los papiros fueron los principales soportes de la escritura en las culturas mediterráneas de la antigüedad, tanto en Egipto, como enGrecia y Roma.
Elaboración y uso del papiro[editar]
El papiro consistía en partes del tallo de la planta del mismo nombre, machacadas con martillos y unidas entre sí por medio de golpes, estando las fibras húmedas. Se hacían con más de una capa de fibras, alternando su sentido para darles así mayor resistencia, es decir, se colocaba una horizontal y otra vertical. Esto lo diferencia del papel, cuyas fibras son hervidas o cocinadas. Se escribía en ellos con un cálamo (tallo de una caña cortado oblicuamente) o utilizando plumas de aves. La escritura de los escribasegipcios se denomina «hierática» o escritura «sacerdotal» que, a diferencia de la escritura jeroglífica, dispone de signos más simplificados, más adaptados a la escrituramanuscrita (los jeroglíficos solían grabarse en madera o muros de piedra).
Precedente del libro: el rollo de papiro o volumen[editar]
Los rollos de papiro, resultado del encolado de varias hojas, se envolvían en un cilindro de madera, enrollándolos. Algunos sobrepasan los cuarenta metros (crónica del reinado de Ramsés III). Se desenrollaban horizontalmente; el texto está escrito por una sola cara y dispuesto en columnas. El título se indica por medio de una etiqueta atada al cilindro. Los rollos en papiro que se conocen provienen de tumbas en las que se depositaban, con plegarias y textos sagrados, como el Libro de los muertos, datados de principios del iimilenio a. C.
Estos ejemplares muestran que el desarrollo del libro, bajo su aspecto material y en su apariencia exterior procede de un contenido estructurado por los valores religiosos (relatos mitológicos y creencia en el más allá), simbólicos (textos mágicos), políticos (textos de carácter histórico), económicos (listados de impuestos, donaciones y ofrendas), didácticos (enseñanzas), éticos (máximas y textos sapienciales), o literarios (poemas y cuentos). La influencia particular dada a la escritura esta motivada por la búsqueda de medios para conservar y transmitir los valores culturales.
El pergamino[editar]
Artículo principal: Pergamino
Progresivamente el pergamino fue sustituyendo al papiro. La leyenda atribuye su invención a Eumenes III, rey de Pérgamo, de donde procedería el nombre de pergamineum que derivó en pergamino. Su producción empezó hacia el siglo iii a. C. Conseguido a partir de la piel de los animales (cordero, vaca, asno, antílope, etc.) podía conservarse, por más tiempo, en mejores condiciones; más sólido, permitía, asimismo, el borrado del texto. Era un soporte muy caro dada la materia empleada así como el tiempo de su preparación.
Los cilindros de papiro se llaman volumen en latín, palabra que significa movimiento circular, enrollamiento, espiral, torbellino, revolución, en fin, rollo de hojas escritas, manuscrito enrollado, libro. Los romanos utilizaban también tablas de madera untadas con cera en las que se podía imprimir y borrar los signos con la ayuda de un estilete (que tenía una extremidad acabada en punta y la otra redondeada). Estas tablas podían estar unidas de manera similar a las de los códices. Servían, por ejemplo, para enseñar a escribir a los niños (según los métodos descritos por Quintiliano en sus Instituciones Oratorias).
Descripción[editar]
El volumen es enrollado alrededor de unos cilindros de madera. No permite más que un uso secuencial: se está obligado a leer el texto siguiendo el orden en el que ha sido escrito, es difícil poner una referencia para acceder, directamente, a una parte determinada del texto. Los únicos volúmenes que en la actualidad se siguen utilizando son los delTorá, en las sinagogas.
Difusión y conservación del libro en Grecia[editar]
No se tienen muchas referencias acerca de los libros concernientes a la Grecia clásica. Algunos vasos del siglo v a. C. y del siglo vi a. C. representan unos volumina. No existía, sin duda, el comercio con el libro, pero existían algunos lugares dedicados a la venta de los mismos. La difusión, la conservación y la reflexión sobre la catalogación del libro y la crítica literaria se desarrollaron durante la época helenística con la creación de grandes bibliotecas, que respondían al deseo enciclopédico que se puede encontrar, por ejemplo, en el afán de Aristóteles y que respondían también, sin duda, a razones de prestigio político:
·         en Alejandría, biblioteca creada por Ptolomeo I Sóter y constituida por Demetrio de Falero. Llegó a contener 500.000 volúmenes (en la parte del Museion) y 40.000 en el templo de Serapio (Sérapeion). El Museion fue destruido parcialmente en el 47 a. C. (ver Biblioteca de Alejandría).
·         en Pérgamo, la biblioteca fundada por Átalo I, contenía 200.000 volúmenes que fueron llevados al Serapeo por Marco Antonio y Cleopatra tras la destrucción de la biblioteca de Pérgamo. El Serapeo fue destruido, en parte, poco después, 391 por los cristianos y los últimos libros desaparecieron en 641 con la conquista árabe.
·         en Atenas, el Ptolemaion fue la que tuvo más relevancia tras la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Importantes fueron también la Biblioteca de Panteno, hacia el 100; y la biblioteca de Adriano, en 132.
·         en Rodas, se creó una biblioteca que intentó rivalizar con la de Alejandría.
·         en Antioquia hubo una biblioteca pública de la que Euforión de Calcis fue director hasta finales del siglo iii.
Las bibliotecas tenían sus propios talleres de copistas y la organización general de los libros aseguraba los trabajos siguientes:
·         Conservación de un ejemplar de cada libro
·         Traducción (Biblia de los Septantes, por ejemplo)
·         Crítica literaria para catalogar los textos de referencia para su copia, como por ejemplo la Ilíada y la Odisea
·         Constitución de catálogos de libros
·         La propia copia que permitía la difusión de los libros.
El desarrollo de la edición en Roma[editar]
La edición de un libro se desarrolló en Roma en el siglo i a. C., con la literatura latina influenciada por el helenismo. Esta difusión concierne, especialmente, al círculo literario.Ático fue, por ejemplo, el editor de Cicerón. Pero el comercio del libro fue extendiéndose progresivamente por todo el Imperio romano. El libro se difundió, por tanto, gracias a la extensión del Imperio que implicó la imposición de la lengua latina en la mayoría de los pueblos (España, África, etc.)
Las bibliotecas eran privadas o bien eran creadas por algunos particulares. Julio César quiso crear una biblioteca en Roma. Una biblioteca era, ya por entonces, un instrumento de prestigio político.
En el año 377 existían en Roma 28 bibliotecas, así como existían muchas pequeñas bibliotecas en otras ciudades. Pese a esta gran difusión del libro no se tiene una idea exacta de la actividad literaria de la época, dado que millares de libros se perdieron.
Edad Media[editar]
Finalizando la Edad Antigua entre los siglos ii y iii, y ya en la Edad Media, el códice sustituyó al volumen. El libro ya no era un rollo continuo, sino un conjunto de hojas cosidas, con lo que el libro o códice adquirió el aspecto rectangular, útil para tomar notas o escribir mientras se leía. El formato de los códices fue mejorando con la separación que conocemos hoy. Desde ese momento fue posible acceder directamente a un punto preciso del texto. El códice resultaba más manejable, podía ponerse sobre una mesa, facilitando de esta forma que el lector pudiera tener la visión de las palabras, las mayúsculas y la puntuación, lo que permitía una lectura silenciosa; posteriormente se añadieron las tablas de las materias y los índices, que facilitaron el acceso directo a la información requerida. Fue éste un formato tan eficaz que todavía se utiliza hoy, después de más de 1.500 años de su aparición.
El papel reemplazó, progresivamente, al pergamino. Una materia más barata que permitió una difusión más amplia del libro.
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          EL LIBRO DE BABEL ( un aporte personal del que me hago cargo)
Cuentan los relatos bíblicos ( bibli- raíz de la palabra biblioteca) que tras el derrumbe de la tristemente famosa torre que lleva su nombre,  el tal Babel comenzó una peregrinación agotadora para ver cómo podría lograrse esa tan ansiada comunicación entre los hombres de buena voluntad, pero con lenguas diferentes.
De entre los escombros logró sacar con vida al menos a un par de docenas de increíbles traductores, con los que luego de restañar sus heridas y darles de comer y de beber, se reunió en las afueras de la ciudad para hacerles la propuesta final, habida cuenta del desastre de la anterior.
Ésta consistía en desplazarse por todos los medios posibles a todos y a cada uno de los lugares donde se hablase un idioma o lengua, o dialecto, o lo que fuera que se ejecutara con lengua, labios, mejillas y dientes, sin dejar de lado sonidos guturales o de cualquier índole ( todos válidos), y registrarlos de alguna manera que aún no tenía muy claramente definida.
Luego de llegar –tardía y dificultosamente- a un arreglo de sueldos y viáticos, tarea ardua si las hay, tomando en cuenta los variables precios y costos de vida de los diferentes países, comarcas, aldeas, etc, por las que deberían pasar en ese peregrino viaje ( quiero destacar el sentido doble del vocablo peregrino en éste particular caso), les anunció que a la brevedad tendría una charla con una persona que decía soñar con un procedimiento con resultados afines a los que Babel estaba buscando.
No aclaran los registros bíblicos ni los -acásicos ni los allásicos- el tiempo que llevó viajando hasta encontrarse con esa persona. Lo único que se pudo rescatar, era que se hallaba viviendo en lo que antiguamente se conocía como el territorio de los que más adelante se llamaran teutones, arios, tedeschi, germanos o alemanes, según la época.
Porque Babel no era hombre de andarse con “chiquitas”, cuanto más dura o imposible que pareciese la tarea, más se empecinaba en lograrla.
Por las dudas, llevó consigo a uno de los traductores más sabios, para entenderse con el soñador profético, que decía que siempre después de tal experiencia onírica, lo único que recordaba era que continuamente se pasaba el dedo índice por la lengua, humedeciéndolo, para luego con cierto movimiento medio circular –de derecha a izquierda- ( lo que le era difícil por ser  zurdo) hacer pasar una después de otra, como una especie de finas hojas de tela, pero más firmes, repletas de manchitas diferentes entre sí, que se repetían y se repetían y se repetían, hasta que se encontraba con una lámina mucho más gruesa y resistente que las demás, como si fuese destinada a tapar o cubrir a todas, y que ahí finalizaba el sueño.  Contaba el buen hombre ( que después se supo se llamaba Gutemberg, y era antecesor genético de quien fuera milenios más adelante el inventor de la primera imprenta con caracteres móviles) que lo más que le gustaba de ese profético sueño era la de paz y tranquilidad que vivía al tocar y mover cada vez tales hojas, cosa que obviamente no comprendía del todo.
Babel tenía la sensación de haber tocado el cielo con las manos, cosa que por otra parte en los tiempos bíblicos era de lo más frecuente, por la cercanía física con el altísimo ( Ese tema lo desarrollaremos en Semana Santa, no es ahora el momento propicio, o al menos no lo es para mí).
Bueno, para no hacer de ésta historia una odisea (término que se acuñaría muchos años después), la semillita que sembró Babel en conjunto con el profeta Gutenberg, germinó (del alemán germen, y de ahí germano) de tal manera que hoy estamos en condiciones de afirmar que ese conjunto de finas hojas dispuestas unas sobre las otras, y contenidas dentro de dos tapas de diferente contextura, pero mucho más duras que ellas (encuadernadas), por suerte se hallan distribuidas por todo el orbe, traducidas a casi todos los idiomas conocidos, y comprendidas del mismo modo por cada uno de los mortales que tienen la suerte de tener alguno de estos ejemplares en sus manos, mojarse el dedo índice con la lengua, y en un movimiento casi circular…….

Para el Día del Libro, y en apócrifo pero sentido homenaje, Bernie5422.