Pablo Neruda: La palabra

"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA

30 jun 2018

ELA

                                       ELA
Querido diario tenemos novedades en casa. Hace tiempo que no escribo y te preguntarás porqué. Es que vino ELA.Dejáme que te cuente: ELA o LAE por sus siglas en español (LAE-nfermedad), tiene varias formas de presentarse. A nosotros nos mandó de embajadora a una prima lejana, la lateral primaria, con apenas el diez por ciento de consanguinidad, lo que la ubica en un sitio muy exclusivo, tanto por rara como por poco conocida. Y sí, llenas las gradas y nos tocó a nosotros que sonara el timbre en casa sin previo aviso. Y allí estaba ella. Y para peor, para quedarse. Siempre tuvimos esa característica Zaira y yo: tenemos fama de buenos anfitriones y no despreciamos a nadie. Y le hicimos un lugarcito, como era de esperar.Si bien  en otros tiempos nuestra casa era grande, hoy tenemos un solo -pero gran- dormitorio, por lo que tuvimos que hacer algunos arreglos para que se sintiera "como en casa".No aprendemos más. Fijate que hasta le pusimos una cama especialmente diseñada para su confort, con comando eléctrico y todo. De esa caras, mismo. Le acomodamos el baño a su altura  y todo gira alrededor de esta (no)invitada de piedra.Si alguna vez elaboré alguna fantasía con un "menjunje a tres", en modo alguno tuve a éste dentro de mis expectativas, no señor.Es cierto -debo confesar- que el modus operandi no ha cambiado demasiado: yo me ocupo de casi todas las tareas culinarias, tiendo la mesa y doy de comer, cosa que siempre he hecho con los que nos visitan. A Zaira, sin embargo, su presencia la ha dejado como inmovilizada, como que se siente demasiado invadida, lo que es poco frecuente en la petisa, te diría. Es más, siempre tuvo un solo lugar para sentarse en la mesa, y ahora va con su silla para todas partes, como si lo hubiese perdido y lo anduviese buscando. Hasta se puede decir que tiene su lado cómico: pareciera que le hubiese puesto ruedas...¿te lo imaginás? Desde otro ángulo, hasta tragicómico puede pensarse, diría yo.ELA, en cambio, lo más campante, se va adueñando de todos los espacios posibles y celosa de los demás, nos tiene bastante confinados en Rinconada. Arrinconados, mismo. En la cueva, como dice Roly. Me tiene corriendo de un lado al otro todo el día y a Zaira no la deja ni caminar. Nada es como antes y parece que la cosa no va a parar aquí. Nada hace pensar que junte sus petates y se mande mudar, así que tendremos que apechugar con lo que sea. La loca no tiene la más mínima sensibilidad. Es una desagradecida. Nunca hubiese hablado así de alguien que vino a casa, vos me conocés, pero ...En lo que me compete trato de vigilarla bien de cerca, cosa que no la vaya a molestar a Zaira más de lo debido. Nobleza obliga. Ya lo dice el dicho: "las visitas son como el pescado, y a los tres días apestan", y en nuestra casa hay un olor a podrido peor que en Dinamarca. Pero nosotros limpitos, mire. La culpa es de ELA, no nuestra. Hoy aflojó la cosa. Zaira prendió la tele y yo me puse los auriculares y me tumbé en la cama a escuchar mi música preferida, pues de ELA no queremos ni oír hablar. Entonces...¿ la seguimos en cualquier momento,´tá?