Pablo Neruda: La palabra

"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA

8 sept 2014

NUEVOS Y VIEJOS TESTIMONIOS

La foto es de Mnolius y la tituló "Pensionista", Me sugirió éste texto:

                                                 


Como veremos, no es nuevo sintetizar en números, aconteceres que conmovieron al mundo, o que le dieron pautas o íconos con los que reconocer rápidamente un mensaje breve, rápidamente legible e inteligible mutuamente, en todo el mundo, y para todas las personas.
Pocos deberían haber hoy que desconozcan inmediatamente el significado de 9:11 u 11S; o bien el 11M o 3:11, acorde a idioma o lugar geográfico con el que se identifiquen.
Estas menciones promueven o están destinadas a promover -sólo con su enunciación- un sentimiento público de solidaridad humana y de amor al prójimo, unido a un sentimiento de dolor, desesperanza, e impotencia, frente a la maldad humana residente en muchos de nuestros congéneres.
Pero la pregunta que surge es ¿con qué vara se mide la maldad humana?. El "maldómetro"...,¿ mensura cantidad de víctimas; la calidad o cualidad del método utilizado, o ambas en sus diversas combinaciones?.
¿Y cuáles están destinadas a activar rápidamente los sentimientos antes expresados?
Depende de quién los nombre, y de los elementos colaterales que le acompañen.
 Hoy se llaman "los medios", y quienes los manejan suelen manejar -también- los intereses de pocos, en detrimento del de los muchos.
Hasta ahora no he dicho nada nuevo, y ellos tampoco. Hay un empate técnico. Pero, si hacemos mención a otros íconos, bastante más difundidos que éstos que he nombrado, nos tenemos que remontar bastante décadas, por no decir milenios, en la historia del ser humano y en su intento de sintetizar pensamientos, entonces, la cosa cambia.
Por ejemplo, cuando nos referimos al Génesis, según se puede leer en la Biblia en lo que dieron en llamar Primer Testamento, con sólo mencionar 3:19, el que la conoce sabe que se refiere a que " te ganarás el pan con el sudor de tu frente" y que algunos hombres y años más adelante, lo contraponen (para otros se complementa) con el 6:11 de Mateo, en donde se dice el Padrenuestro, haciendo mención a "Danos hoy nuestro pan de cada día", o también "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy".
Desde la butaca de quién no profese religión alguna, el 3:19 parece ser un mandato social -intentando establecer un orden igualitario- donde el que no trabaje no tiene derecho a su pan, y el segundo (6:11) , parece más un reclamo que una súplica. Si me lo he ganado trabajando, acatando el 3:19, es mío, dámelo, y dámelo hoy. Como los sindicatos, o la clase obrera organizada, haciendo alusión a una ley no respetada o no puesta en vigor por intereses de clase. Una pancarta sindical que no precisa ni de marchas silenciosas o bulliciosas, ni de enarbolar banderas partidarias. Sólo la mención escrita: 6:11 y punto.
Y ahora sí, escuchar 3:19 o 6:11 y no ponerse (siempre) en actitud de alerta frente a la maldad humana, es no tener sensibilidad y amor por el prójimo. Y sólo hacerlo si oímos 9:11 o 3:11, es demostrar que "borramos con el codo, lo que escribimos con la mano".
Pero nada es fácil- nada es perfecto- y te lo hacen mendigar, o tal vez peor, comportarte como mendigo, o su moderno eufemismo: "hurgador", para recuperar de alguna manera el que te corresponde.
Nos obligan a hurgar en la mente de las personas en busca de compasión, o bien (mal) a hacerlo en contenedores en busca del pan perdido.
¡Que alguien se apiade de nosotros, los que lo buscamos en dónde esté! ¡Y que nadie lo haga con el que nos lo esconde! Amén.

                                                                       Bernie

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