Pablo Neruda: La palabra

"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA

2 ago 2014

EL HORNERO



Es de mañana, y salgo al fondo de casa acompañando con un pucho el infaltable café del desayuno. Y no estoy solo. En la pared del fondo de mi vecino, mirando al norte, refugiados en el remarco de una ventana de madera, una pareja de horneros rehacen por tercera vez consecutiva su nido. Los dueños de la casa, ajenos a esa tarea, cada vez que vienen del país vecino donde residen, abren todas las ventanas, esa incluida. Y este año, tres veces lo hicieron.
No tuve la precaución de advertirles, que apoyando en esa ventanuca de madera barro e ilusiones, querían formar familia esos dos trabajadores. 
Hay que verlos como yo los acabo de ver. Barro en el pico uno, llegando al lugar, mientras el otro o la otra acomodaba el anterior cargamento contra las paredes, conformando de a poco el sinuoso habitáculo.
Porque la genética y el mandato correspondiente no tiene piedad. Tantas veces se lo derriban, tantas veces lo reconstruyen. Y siempre con el mismo diseño: Como las vueltas de un caracol, protegida de viento y lluvia, allí la pareja cuidará su progenie.
Encontraron su lugar, y allí vivirán. Otros, construyen en el poste del alumbrado público o en el cruce de la vertical con la horizontal de la cruz de la iglesia vecina. Gracias a Dios, éstos dos aún subsisten. Y llevan, los tres, la misma orientación: mirando al norte.
Sentí- de pronto- que algo compartía con estos dos pajaritos. La necesidad de hacerme un nido, y con barro – como emulando el proceso de la creación-y mucho trabajo, también crear, además, mis personajes. Y esperar que cobren vida, como Pinocho, y que la tengan propia, y que vuelen sin parar hasta Sonymage, donde desde hace un tiempo ya, anidé.
Y, un especial gracias a Zaira, que me deja solo, varias horas al día a veces, embarrarme hasta las patas.

Les dejo, además, unas fotos conmovedoras :
www.lareserva.com/home/hornero_nido_construccion
Bernie

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