Pablo Neruda: La palabra

"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA

2 jun 2013

DOMINÓ

Parece a primera vista un inocente y sencillo juego, en el que los participantes eligen al azar y sin poder verlas, una cantidad previamente establecida de fichas, y se disponen a derrotar al oponente seleccionando oportunamente las piezas a poner en juego, de manera de acabar con ellas antes que el contrario.

Es como todo, ¿ vió ?, requiere de un poco de astucia, otro poco de suerte , un elemental conocimiento de cálculo de probabilidades, y así poder saber cuántas fichas quedan de éstas o de aquellas, y de esa manera “dominar” al azar, que todo lo domina.

Fácil, aparentemente, igual que el juego, es el verbo homónimo dominar. Se lo conjuga como a todos los verbos regulares terminados en ar. Pero una cosa es conjugar el verbo y otra cosa es dominarlo o dominar. Por ejemplo, para decir algo, en la tercera persona del singular decimos…él dominó, y parece que todo termina ahí.

Pero no, no hay que darlo por finiquitado, en tanto y en cuanto parece ser mucho más fácil conjugarlo que hacerlo realidad. Porque “dominar” no es en definitiva ni jugar bien al dominó, ni poder manejar los hilos de las cosas o los hechos, para que se desenvuelvan o se comporten acorde a nuestros deseos o voluntades.

Pues uno se cree que domina tal o cuál situación, y que ha cubierto todas las posibilidades; ha estudiado minuciosamente el terreno donde se desarrollan los acontecimientos y poder así evitar errores, pero no hay tal cosa, pues no se cuenta con el factor regulador, -el mas importante de todos en este asunto - que a mi modo de ver las cosas es la predeterminación.

Quien sin duda manejó y elaboró las hoy archiconocidas leyes de la predeterminación fue el tal Murphi, a quien el tema le apasionaba y de quien he leído casi todo lo escrito.

Es entonces que aparece en escena el “ culpable ” y el único que sabe qué , cómo y cuándo suceden o sucederán las cosas: con ustedes…. el efecto dominó !!!!!!

Es una variante del inocente jueguito, pero ahora disponiendo de tal manera las fichas, paraditas en fila una detrás de la otra, de modo que al tocar suavemente la primera ( de la fila) y tumbarla, hace que al caer toque o empuje la que le sigue y ésta a la otra y así sucesivamente, sin que nada ni nadie pueda evitar que se caigan todas, desde la primera hasta la última ficha de la fila.

Y recién en ese momento se sabe qué destino le tocará a la última. Viéndolo se prevee fácilmente. Pero no es así en la vida real. No señor.

Como veremos , alguien determinó previamente lo que deseaba hacer, ejerció su voluntad , manejó hasta donde pudo o supo a terceras personas, planificó el cómo y el cuándo, y nada salió como esperaba.

Nadie sabe cuál es la primera de la fila, ni cuándo ni porqué sale de su estática posición y desencadena los acontecimientos que terminamos conociendo.

Es el anaqué, es el destino, la invisible mano de dios y sus intrincados caminos, si hubiese o si no hubiese…. Y cientos de miles más de conjeturas inútilmente elaboradas. Nada se puede hacer. Estaba predeterminado por la antojadiza posición de la primera de la fila y por la rotura de su equilibrio.

Y a qué viene todo este preámbulo?….pues a que a la viejecita de turno, de casualidad mi propia madre, se le antojaron aquellas pantuflas que en la barata podía conseguir a buen precio, y se levantó decidida, y llamó a su habitual acompañante, y tomaron juntas el bus y juntas se bajaron de él, y se encaminaron a la tienda, y la viejecita se soltó ( creo que nunca se agarró ) del brazo de la otra, y la baldosa astillada la estaba esperando, y su inestable pié no tuvo escapatoria y se tropezó con la desafiante punta , y la cara de la ansiosa señora - que por mirar la vidriera no miró la acera-, se dio de lleno contra el piso, y hoy tiene varios dientes astillados que le tendré que reparar, y acá estoy sentado contando lo sucedido por escrito, que paradójicamente, ya lo estaba.

Bernie5422

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