-He revisado
minuciosamente la historia de los comics o de las tiras cómicas, o de los
dibujitos, o las revistas de chistes o como los quieran llamar, y siempre
estamos frente a una historia -o a varias de ellas-, en donde entran en pugna
más o menos de manera parecida, los malos y los buenos. Los buenos son y serán
siempre los buenos, y toda tira cómica que se precie de tal, tendrá su o sus
buenos villanos. Buenos en el sentido de villanos como Dios manda, con todos
los atributos necesarios para concretar diversas maldades, como por ejemplo
birlarle la novia al bueno; o quitarle todo el dinero a algunos o a muchos;
robar bancos, asaltar diligencias, amordazar y encerrar en tenebrosos lugares a
los buenos, desarrollar altas tecnologías para poder manejar unos pocos el poder de los muchos y,
-para beneficio personal- con diferentes y originales artilugios parecidos a
los antes mencionados, convertirse en los amos del mundo.
“ Amo
convertirme en el amo del mundo, -dicen carcajadeándose con esa risa que los
iguala-, pero amar, no amo a nadie más que a mí y al poder que de mí emana”.
La cosa tal como está planteada en el libreto, es que
todas y cada una de las historias tiene un desarrollo tal, que le deja al
villano de turno armar y desarmar todas las felonías de las que es capaz, y
para cuando uno cree que se sale con la suya, el guionista “le encuentra la
vuelta” y logra que los buenos –con la
ayuda del buenazo o buenaza- desbaraten todos sus maléficos planes.
Sólo con fines didácticos sugiero que vayamos al
significado de la palabra (villano) de acuerdo a lo hallado en google:
villano, -na adj./s. m. y f.
1 culto Vil.
— adj.
2 Se aplica a la
persona o acción que demuestra falta de educación o de cultura: no puedes ir a un restaurante de lujo
con esos modales villanos. tosco.
— adj./s. m. y f.
3 Se aplica a la
persona que, en la Edad Media, habitaba en una villa perteneciente al estado
llano (campesinos, comerciantes y artesanos, fundamentalmente): los villanos se distinguían de los
nobles e hidalgos.
Diccionario Manual de
la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
villano, -na
adj.-s. Vecino del estado llano en una villa o
aldea, a distinción del noble o hidalgo.
adj. fig.Rústico o descortés.
fig.Ruin, indigno.
Díc. de la clase social campesina medieval que cultivaba pequeñas
parcelas de tierra cedidas por un señor, a cambio de determinadas rentas y
servicios personales.
Diccionario
Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
villano, -na (bi'ʎano, -na)
abreviación
abreviación
1. infame que actúa o es capaz de actuar de manera cruel y despreciable Es un hombre villano y desalmado.
2. rústico que demuestra falta de educación El joven tiene modales villanos.
villano, -na
sustantivo masculino-femenino
sustantivo masculino-femenino
1. malvado malo persona que actúa o es capaz de actuar de manera
cruel y despreciable Es el villano de la
telenovela.
2. habitante de una
población que antiguamente poseía ciertos privilegios Los villanos se levantaron en armas.
villano, villana
adjetivo y sustantivo
Aldeano y lugareño se utilizan en la lengua medieval y clásica. Todos los demás, por
extensión.
Se aplican a las personas o a sus acciones, comportamientos, etc.
Diccionario Manual de
Sinónimos y Antónimos de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial,
S.L.
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Que los que dominan,
y se autodenominan amos, y vivan por encima –en todos los aspectos- de los que
moran en los valles, sean los buenos, y los demás los villanos, parecería a
primera vista sólo una distribución (discriminación) geopolítica. Si vives en
una villa eres un villano. Perfecto. Hasta gramaticalmente impecable. Nadie se
podría quejar de tal denominación.
Luego aparece, como salido de la nada, una
segunda acepción, que asocia al villano con lo ruin, lo basto, lo grosero, lo
malvado etc…. ¿Quién creería que esa sinonimia fue creada por casualidad? Si
vives en una villa, donde no mora el señor, eres un ser sin modales, sin
alcurnia, sin tierra (sólo la que te cedieron). Sin educación formal, sin
segundo idioma, y ahora para colmo de males eres un villano villano. Es decir
un villano malo. Doblemente villano. Todo lo que digas o hagas será usado en tu
contra a partir de ahora.
¿Por cuál arte de
magia los que viven arriba, llenos de lujo y de vida disipada, sin apremios
económicos, dueños de las tierras, de las letras y de las religiones, del
manejo del diccionario y de las lenguas, son los buenos, y el resto –el pueblo
todo- son los villanos, de ahora en más los malos? ¿Y porqué se sigue usando
esa doble, artera, discriminatoria y falsa sinonimia? Vaya uno a saber.
Porque cuando alguien
dice que alguna persona es un villano, a nadie se le ocurre que lo dicen porque
vive en una villa. O que reside en las tierras bajas. No señor. La segunda
acepción ha desaparecido. Se ha mudado, y no se sabe adónde.
Ahora, curiosamente –
y no tanto- sólo queda para los que abusan de su poder, y que con él manejan
sus intereses personales apropiándose de los intereses de los más, –que son los
que tienen menos- la chance de vivir en el llano, a la vera de la mar, y desde
el llano comandar a los que ahora moran en las alturas, pero no dominan nada
más que una mejor vista dirigida hacia las hermosas propiedades de los
verdaderos nuevos villanos. Como ejemplo se pueden citar las “favelas
brasileñas”, tan tristemente famosas.
Caben otras
alternativas de distribución, no hay que hacerse falsas expectativas. Por
ejemplo cuando las mejores tierras bajas que bordean el mar, y las más altas
que rodean las ciudades, son las que habitan los que pueden acceder a ellas,
por su elevado costo, y el resto, de relativo bajo costo, las ocupan los demás,
se plantea un nuevo escenario.
Entonces, ahora…,¿quiénes
son los villanos y quienes los buenos? Si los que detentan el poder y manejan el dinero, y todo lo demás, viven en
el valle y también en las alturas, son a la vez villanos y buenos, la cosa se
complica.
A los demás se les
complica. A ellos no. Ellos lograron ser buenos, pero villanos, aunque
predomine la idea de que son lo primero.
¡Felicitaciones! Han
conseguido manejar la distribución de las mejores tierras a su antojo; la
posesión del dinero (bancos etc.), y de las letras (radio, televisión,
telefonía, etc.), y de los credos (filling the blank ), y además disfrutar de
la imagen del bueno, siendo unos verdaderos villanos, vivan donde vivan.
Realmente hábiles.
El excelente
humorista “Quino” representa en un tablero de ajedrez, -lo que trato de explicar- a las únicas tres
piezas negras que quedan jugando la partida, vestidas de negro, arrinconadas en
las pocas casillas que quedan, y el resto del tablero repleto de mecánicos, oficinistas,
panaderos, maestros y maestras, mujeres y niños, en fin, gente común, gente de
pueblo, representando a las blancas. La leyenda “terrible” debajo del dibujo
sentencia: “juegan las negras, y dan Jaque Mate cuando se les da la gana”.
Eso es lo que sucede
en la vida real, no en los comics. En los dibujitos se plantea otro final. En
la ficción se hace realidad el deseo de su revés; de su decepción; de su caída;
de su fallo; de su descalabro; de su malogro; de su naufragio; de su
hundimiento; de su aborto; de su bancarrota; de su derrota; de su fiasco; de su
frustración. Y en ésta villa en que moran los villanos, en ésta misma en la que
todos vivimos, ellos fracasarán. Los meterán entre rejas. Los demandarán
públicamente; develarán todas sus fraudulentas maniobras; descubrirán todas las
atrocidades sexuales de las que son capaces, y más. La falta de ética y de
moral social quedarán -por fin- a la vista de todos. Un “escrache” con todas
las de la ley.
Yo quiero vivir como en
el mundo de los dibujitos, alguna vez en mi corta existencia. VOTO por ello, no sé si me explico.