Pablo Neruda: La palabra

"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen…" de Pablo Neruda: LA PALABRA

15 jun 2013

RESPONDO ( que conste )

Escribía en algún comentario mi moderador Slictik : " Me pregunto si alguna vez no se te habrá ocurrido escribir unas memorias, con su pizca de humor, su pizca de seriedad, su "miajita" de fantasía y desgranar esa experiencia vocablo a vocablo antes de que se pierda y pase a ser una leyenda urbana, un mito, cuando Mr. Bernie... Espero que te animes. Buen fin de semana."

Será, pienso, ( luego existo ) " ergo sum " ,que algunos dicen que ergo significa trabajo y sum, sumo, pero..(dejémoslo acá), autobiográfica. Por lo tanto.....
                                                                        Dedico este trabajo a mi persona, sin la cual no hubiese sido posible enfrentar la tarea. Su desinteresada intervención , sin desmayo ni flaqueza, con agudos aportes -fruto de una inteligencia y sensibilidad exquisita-, lo hicieron posible. Más allá del deber, relegó las más de las veces, familia y actividades lucrativas, para dedicarse de lleno a hablar de mí, tema que le consta, aprecio enormemente. Dejo entonces aquí, mi más eterno agradecimiento para el que les escribe.
                          El autor

Pd: si bancan esto, más fácil les será el resto.

                                                 Hasta donde puedo recordar.....mis memorias.

La memoria, si es que fuese fácil de explicar, sería la destreza o la habilidad de nuestro cerebro para almacenar información, y hacerla rescatable de alguna manera.
Es frecuente escuchar algunos esbozos clasificatorios como por ejemplo los que citan a la " memoria fotográfica ", a la memoria para números; para fechas; para nombres y aniversarios; para recordar lugares, calles, y en qué tiempo fueron conocidos o vueltos a ver; a la que permite evocar colores, calores, olores, sabores, dolores y todos los demás "lores" que ahora no recuerdo (jaja). Están los que detentan una maravillosa capacidad de asociación de caras ( fisonomistas) con sus respectivos nombres, o aquellos que sólo se acuerdan del nombre , pero nunca de la cara. Bueno, qué esperaban ....que no aprovechara la oportunidad que me brindo, y meter un chascarrillo? Que no lo entendieron?, pues bueno.....en parte de eso se trata.
Porque de eso se trata cuando se trae algo a la memoria: de un acuerdo. En realidad de dos: un me acuerdo y un acuerdo. Porque estábamos poniéndonos de acuerdo en que yo me acuerdo, pero no sé si mi evocación concuerda con la realidad pretérita, o es el resultado de transformaciones inevitables que las cosas experimentan con el paso del tiempo. Y lo dramático ( o divertido ) es que tal vez no importe mucho, pues variará seguramente en la próxima remembranza, si pasa mucho tiempo o cambian los espectadores.
" Nunca nos bañamos en el mismo río " , dijo el filósofo, si mal no recuerdo.( se escucharon algunas risitas, creo ).
Los recuerdos mas antiguos que rescato, hablan de vidas pasadas, en las que no creo, por lo cual serán inmediatamente descartados y se pide al jurado que se abstenga de analizarlas.
Le siguen los de la niñez temprana- lo que obliga a hablar de una tardía- que nunca oí nombrar. pero así son las cosas. Redondeando, aunando las dos, era yo un rubicundo, cachetudo, sonriente y sempiterno glotón, inquieto e insaciable, bienhumorado, y accesible a las demandas amorosas de cualquier adulto dispuesto a prodigármelas. Antagonizaba con ellos la- entonces- malhumorada de mi hermana, pero fiel a la verdad de todo esto, no me acuerdo de nada, sólo hablo como loro, repitiendo las verdades que otros me han contado, y que no tendría porqué poner en tela de juicio ( esto es válido para el atento jurado ).
Éste arquetipo me formó siempre dispuesto a recibir lisonjas , caricias y cuidados personales, lo que estimo haya sido la causa mas probable de la peor faceta de mi carácter de adulto: el yoísmo. Lo asombroso es que la peor faceta de la que hablo, ha sido la argamasa ideal con la que construiría más tarde el resto de mi ( rica) personalidad, lo que ascendería a no menos del dos por ciento de la totalidad, sin entrar en exageraciones, claro. ( se oyen murmullos, unos aprobando enfáticamente, y otros no tanto, pero sí, también ).
Es lindo después de todo, recibir aprobación. O no les pasa? ( estén atentos a la ironía, porfa )
El período escolar no ha sido demasiado llamativo o, no guardo recuerdos significativos de esos tiempos.
Bueno, como dije, lo que guardo son mas cuentos que recuerdos, serían mas bien " recuentos ", que por haber sido recreados varias veces en el curso de los años, se les parecen unos a los otros y se minimiza de ese modo la tergiversación ( temporal ) de la que hablábamos.
Casi todos describen pequeñas anécdotas que reflejan desde esas épocas la conformación de una clara tendencia marcada por la ansiedad, la premura, el hedonismo y la casi ausencia de necesidades culturales, mas propias de chicos de mayor edad, que de la que yo tenía entonces.
Nada especial, que quede claro. El retrato de un niño, y eso es todo. Pero es mi todo y eso lo hace para mí interesante y revelador. Vivíamos en la misma cuadra de la escuela y estaba ya sentado antes que los demás niños en el ómnibus que nos llevaría de paseo ese día. El almuerzo estaba todavía tibio dentro de la bolsa que mi madre había preparado y el olor de la tortilla de papas inundaba mi alrededor. Los demás niños iban llegando, y algunos ya estaban ubicándose en sus respectivos asientos, pero la " bañadera " no salía y a mí se me acababa la paciencia y me comenzaba la impaciencia que todo dominaba. Y así cuentan que fue: abrí el paquete, me engullí la tortilla y todo el pan que la acompañaba, y mi madre salió corriendo a preparar unos sándwiches que solucionaran el problema. Eso sí, quedaron en manos de la maestra hasta el mediodía.
 Y esta otra: cierto día nos lleva la maestra a la plaza de juegos y dice que juntemos un palito para hacer una línea en la arena para comenzar un juego. Al tiempo que corrían los compañeritos a buscar el tal palito, cuenta la maestra que me arrodillé y con el pulgar bien tieso dibujé en la arena la línea y me paré a esperar el siguiente paso de la diversión. Nos mudamos de esa casa a mis 11 años, lo que por mis cuentas deduzco que no podía yo tener mas de diez cuando a mi hermana que sólo me lleva un año y medio, mis padres le regalaron un tocadiscos de 45 revoluciones RCA.Victor , y una montaña de discos de todo tipo que remataron conjuntamente. Supongo, no recuerdo, que debo de haber sentido celos, pero que he disfrutado de escucharlos durante muchísimos años, y aún disfruto de escuchar nuevas versiones de aquellos temas, de eso, no tengan la más mínima duda.
 Y ahora la anécdota de los sellos.También, le compraron, en otra ocasión, una gran bolsa de sellos para estimularle la actividad de coleccionarlos. Y yo ajeno. No me importaban demasiado, no me llamaban la atención, y de última no había demostrado interés alguno. Mi padre, la tenía escondida ( nadie lo sabía ) , y cada tanto le daba un puñadito para que siguiera entusiasmada.  Yo siempre andaba hurgando en los placares buscando vaya a saber qué cosa, como cachorro aburrido, y de pronto descubro la gran bolsa de sellos. Y qué pasó? Pues que sin pensarlo mucho ( habitual en mí ) dije que los había encontrado, y que a partir de ese momento también sería yo un coleccionista. Luego, mi padre se vio obligado a aclarar la situación y yo no colecciono nada hasta el día de hoy. Orgulloso no me siento, creo que el adjetivo apropiado es necio y lo soy todavía en algunas situaciones, debo reconocer.
 Otro sí digo para finalizar la niñez : salgo de la escuela, paso a integrar las filas del liceo y el secundario me encuentra de pantalones cortos. Allí, y en el recreo, conocí a la mas linda, y la recuerdo todavía de pelo rubio, de rulos , moña , zapatos negros y medias blancas. Don Juan no se hizo esperar y logré que fuese mi novia al segundo día. Todo duró lo que un lirio. La relación se rompió prematuramente , pues a la niña le avergonzaba que yo tuviese los pantalones cortos, y ya nada pude hacer para recuperarla. Yvonne Pereyra se llamaba la diva, y fue elegida Miss liceo por su belleza unos meses mas tarde. Igual la cuento como mi primera conquista amorosa. Quiero ver la parte llena de ese vaso.
El liceo ( la institución, digo ), al menos en el primer año, fue duro conmigo. Como les dije, utilizaba yo todavía viejas armas de seducción que fueron válidas con las maestras de la escuela, pero en el liceo había tantas materias como profesores, y ahí el sistema fracasaba irremediablemente. Imposible conquistar a todos. Llegué, por inadaptado incorregible, a coleccionar 27 faltas disciplinarias, con las que me hice acreedor a tener que repetir el año liceal, y a hacerme cargo de las consecuencias. Comenzaba la vida adulta y sus responsabilidades. La familia se mudó de barrio, yo de liceo , y allí, en el de Carrasco, conocí dos años mas tarde a Zaira, compañera de clase, amiga, confidente, y luego( con el tiempo ) mi esposa, como ustedes saben. Se podría conjeturar que a partir de ese entonces , la monografía autobiográfica, se transforma en una duografía bi-biográfica, si les parece el término adecuado a las circunstancias comandantes. Si no, lo cambiamos, y me adapto.(  asignarlo en el acta y en el acto ), de todas maneras nada se puede- a esta altura de los acontecimientos- alterar. Ni yo lo quiero.
               ( quedan invitados a un cuarto intermedio, aquellos que todavía me saluden )

.....................nunca fueron buenas

Si volvemos del cuarto intermedio atentos al refrán, debería abstenerme de incluir mas de lo mismo, y coincido con esa advertencia. Si como entiendo la cosa, la diferencia entre una biografía y una autobiografía radica en que ésta es contada al modo de sentir y de escribir del protagonista, y eso es lo que he ido haciendo durante muchos años, y además, editándolo en el blog.
Quienes no lo han leído, pues lo pueden hacer . De la gran mayoría de lo escrito se desprende claramente lo que eventualmente hubiese querido dejarles como esencia en este apartado.
Están allí las respuestas a la mayor parte de las preguntas que se podrían hacer sobre mi forma de actuar, de ser y de pensar, en el caso de que a alguien le interese profundizar. A lo que me define, me refiero. Traer desde el recuerdo diferentes anécdotas de mi vida que no hayan sido ya recreadas de algún modo en el blog, creo que sería servir un segundo plato de una comida ya probada.
Espero que hayan quedado "satisfechos" con la lectura, al tiempo que me retiro a elucubrar nuevas recetas. Bernie5422




  

2 jun 2013

DOMINÓ

Parece a primera vista un inocente y sencillo juego, en el que los participantes eligen al azar y sin poder verlas, una cantidad previamente establecida de fichas, y se disponen a derrotar al oponente seleccionando oportunamente las piezas a poner en juego, de manera de acabar con ellas antes que el contrario.

Es como todo, ¿ vió ?, requiere de un poco de astucia, otro poco de suerte , un elemental conocimiento de cálculo de probabilidades, y así poder saber cuántas fichas quedan de éstas o de aquellas, y de esa manera “dominar” al azar, que todo lo domina.

Fácil, aparentemente, igual que el juego, es el verbo homónimo dominar. Se lo conjuga como a todos los verbos regulares terminados en ar. Pero una cosa es conjugar el verbo y otra cosa es dominarlo o dominar. Por ejemplo, para decir algo, en la tercera persona del singular decimos…él dominó, y parece que todo termina ahí.

Pero no, no hay que darlo por finiquitado, en tanto y en cuanto parece ser mucho más fácil conjugarlo que hacerlo realidad. Porque “dominar” no es en definitiva ni jugar bien al dominó, ni poder manejar los hilos de las cosas o los hechos, para que se desenvuelvan o se comporten acorde a nuestros deseos o voluntades.

Pues uno se cree que domina tal o cuál situación, y que ha cubierto todas las posibilidades; ha estudiado minuciosamente el terreno donde se desarrollan los acontecimientos y poder así evitar errores, pero no hay tal cosa, pues no se cuenta con el factor regulador, -el mas importante de todos en este asunto - que a mi modo de ver las cosas es la predeterminación.

Quien sin duda manejó y elaboró las hoy archiconocidas leyes de la predeterminación fue el tal Murphi, a quien el tema le apasionaba y de quien he leído casi todo lo escrito.

Es entonces que aparece en escena el “ culpable ” y el único que sabe qué , cómo y cuándo suceden o sucederán las cosas: con ustedes…. el efecto dominó !!!!!!

Es una variante del inocente jueguito, pero ahora disponiendo de tal manera las fichas, paraditas en fila una detrás de la otra, de modo que al tocar suavemente la primera ( de la fila) y tumbarla, hace que al caer toque o empuje la que le sigue y ésta a la otra y así sucesivamente, sin que nada ni nadie pueda evitar que se caigan todas, desde la primera hasta la última ficha de la fila.

Y recién en ese momento se sabe qué destino le tocará a la última. Viéndolo se prevee fácilmente. Pero no es así en la vida real. No señor.

Como veremos , alguien determinó previamente lo que deseaba hacer, ejerció su voluntad , manejó hasta donde pudo o supo a terceras personas, planificó el cómo y el cuándo, y nada salió como esperaba.

Nadie sabe cuál es la primera de la fila, ni cuándo ni porqué sale de su estática posición y desencadena los acontecimientos que terminamos conociendo.

Es el anaqué, es el destino, la invisible mano de dios y sus intrincados caminos, si hubiese o si no hubiese…. Y cientos de miles más de conjeturas inútilmente elaboradas. Nada se puede hacer. Estaba predeterminado por la antojadiza posición de la primera de la fila y por la rotura de su equilibrio.

Y a qué viene todo este preámbulo?….pues a que a la viejecita de turno, de casualidad mi propia madre, se le antojaron aquellas pantuflas que en la barata podía conseguir a buen precio, y se levantó decidida, y llamó a su habitual acompañante, y tomaron juntas el bus y juntas se bajaron de él, y se encaminaron a la tienda, y la viejecita se soltó ( creo que nunca se agarró ) del brazo de la otra, y la baldosa astillada la estaba esperando, y su inestable pié no tuvo escapatoria y se tropezó con la desafiante punta , y la cara de la ansiosa señora - que por mirar la vidriera no miró la acera-, se dio de lleno contra el piso, y hoy tiene varios dientes astillados que le tendré que reparar, y acá estoy sentado contando lo sucedido por escrito, que paradójicamente, ya lo estaba.

Bernie5422